Prisioneros de nuestro yo, de nuestras circunstancias, de nuestros quehaceres, de nuestro karma, prisioneros en definitiva de nosotros mismos.
Somos mientras tanto lo que esa prisión obliga y manda, no somos nosotros, y seguimos viviendo en una fantasmal ausencia interior, que nos conduce a creer que todo está en orden, dentro de nuestro desorden.
Mientras que andamos en esa fortaleza de soledad y aprisionamiento, no vemos el mundo como es, ni a las personas ni a nosotros mismos, sino que como en un cromado de colores, vivimos el color que en cada instante nos conviene.
Pero algo nos hace despertar, nos da un golpe interior, o simplemente nos obliga a experimentar con firmeza y sin poder cambiar de rumbo, y ahí es donde salimos de nuestra prisión, de nuestra fortaleza y nos comunicamos en primera instancia con nuestro yo, con nuestro interior, y eso conduce a que el exterior, el entorno lo empecemos a visualizar diferente, sutil, pero puro, limpio, pero real, y en ese instante decidimos que no hace falta más, las falsedades, ni los disfraces, y eliges ser tal cual eres, sin pensar, sin complejos, y con ganas de experimentar lo que traerá la valentía de ser uno mismo, decidido a que todo cambiara, para mejor. Esa prisión se irá desprendiendo de tu alrededor y de tus circunstancias de tu vida.
Ser uno mismo, con todas las consecuencias, fue y es mi decisión desde el año 2002; la andadura de vivir, de experimentar, sin más miedos, sin esconderse, pues si uno está bien con su yo verdadero y te aceptas, todo cambiara, todos notaran tu cambio, luego el cambio será en su totalidad global.
Si no es así, pues seguramente es que cada uno tiene su camino ya trazado en cualquier otra experimentación de vida
Sin más mascaras, me siento bien, me siento en paz, cansado, pero viviendo y trazando de nuevo mi camino hacia el viaje mas increíble, hacia mí mismo.
Esto es parte de mi pensamiento de hace unos días, continuamente seguimos aprendiendo, creciendo como seres humanos, alumnos, aprendices y maestros.
AUTOR: SILVER