EL Candil de los Pensamientos

A todos cuantos formáis parte de este blog comunicaros que nos volveremos a ver  el próximo 11 de septiembre de 2015, el administrador de este rincón  se va de vacaciones  para reponer energías y volver con fuerzas renovadas.

Se contestarán  a los comentarios que hagáis  hasta el regreso.

¡Ah! Y no os olvidéis, mientras tanto, de ser felices.

Tras el temor, aparece el cansancio existencial.

Lo que soy es todo lo que proyecto, mis ojos son el reflejo del alma, pero mis ojos son también la defensa de lo que no deseo transmitir al exterior.

Caer, levantarse, caminar, intentar que ese camino este libre de prejuicios y obstáculos, dificil tarea para un ser vivo, quizás fácil para cuando uno sea un espíritu.

Es un ejercicio continuo de acción-reacción, superarse, admitirse, de utilizar las herramientas necesarias  para  poder realizarlo.

Evitar tropezar con lo aprendido, y desaprender. Aprender como un niño de corta edad a andar, con pasos firmes, como la aventura que es el hecho de verlo todo desde una nueva perspectiva.

Ser capaz de moldear todas estas posibilidades y no perder una oportunidad única de transformación interior.

Gritar fuerte, ¡basta!, ¡no más temor! ¡fuera las autodefensas!.

Significar lo que eres….. soy una persona, pero también un alma inquieta.

Aprendiz, alumno y maestro, y vuelta a empezar.

No soy nadie, no soy la nada, …. sólo soy una persona.

AUTOR :SILVER

Sariputta era uno de los más grandes discípulos del Buda y llegó a ser un iluminado de excepcional sabiduría y sagaz visión. Viajaba propagando la Enseñanza, y cierto día, al pasar por una aldea de la India, vio que una mujer sostenía en una mano un bebé y con la otra estaba dando una sardina a un perro. Con su visión clarividente e intemporal pudo ver quiénes fueron todos ellos en una pasada existencia.

Se trataba de una mujer casada con un cruel marido que la golpeaba a menudo. Se enamoró de otro hombre, pero entre su padre y su marido, poniéndose de acuerdo para ello, le dieron muerte.

Ahora la mujer mantenía a un bebé en sus brazos, su antiguo amante, que fuera asesinado. La sardina era su despiadado marido, y el perro, su padre. Todos habían vuelto a reunirse en la presente vida, pero en condiciones muy distintas.  

Nadie puede escapar a sus acciones: tal es el designio del karma.