Existe un placer natural cuando hablamos con alguien que no sabe todo, que tiene la mente abierta, que está ansioso por escuchar.
Existe una presencia encantadora y humildad en su mente. El Tercer Patriarca Zen lo dice de la siguiente manera:
«Si deseas saber la verdad, sólo debes dejar de contemplar opiniones.»
Zen es el nombre en japonés de una tradición del budismo cuya práctica se inicia en China bajo el nombre de Chán.
Es una de las escuelas del budismo conocidas y apreciadas en Occidente. Con el popular nombre japonés Zen suele aludirse en realidad a un abanico muy amplio de escuelas y prácticas de este tipo de budismo en toda Asia.
El zen – Dhyana en sánscrito – se remonta a la experiencia de Buda Shakyamuni, quien realizó el despertar en la postura de zazen en el siglo VI DC. Esa experiencia se transmitió sin interrupción de maestro a discípulo, formando así la línea zen.
Su aspecto cultural y folclórico se conoce en Occidente desde el principio del siglo veinte, a través de diferentes prácticas como los artes marciales, la ceremonia de té, el arte floral o los famosos jardines japoneses etc. Pero incluso si la profundidad de su filosofía y la pureza de su estética atrajeron mucho a artistas, escritores y los filósofos, eso nunca dejó nacer una verdadera práctica, porque son solamente las frutas de una semilla plantada en la tierra japonesa algunos siglos atrás.