En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta.
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas.
Había una vez… un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente.
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua…
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró.
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza.
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.
Cuentos para pensar de Jorge Bucay
Jorge Bucay (nacido en Buenos Aires el 30 de octubre de 1949) es un psicodramatista, terapeuta gestáltico y escritor argentino. Nació en el seno de una familia modesta del barrio de Floresta. Se graduó como profesor en 1973, en la Universidad de Buenos Aires, empezando su especialización en enfermedades mentales en el servicio de Interconsulta del Hospital Pirovano de Buenos Aires y en la Clínica Santa Mónica del partido Bonaerense de Vicente López, completando su formación como terapeuta en Chile y en Estados Unidos.
En su camino previo, pasó por decenas de trabajos, desde que decidió ganarse su propio dinero a los 13 años. Ha sido vendedor ambulante de calcetines, de libros y de ropa deportiva, agente de seguros, taxista, payaso, almacenero, educador, actor, médico de guardia, animador de fiestas infantiles, psiquiatra, coordinador de grupos, columnista de radio, conductor de televisión y psicoterapeuta de parejas y adultos.
Toneladas también de jovialidad y alegría para todos y todas. Ya que entro…jajja
Reciproco, montones de toneladas de alegria, risas y jovialidad, ya que yo tambien entro por aqui, 🙂
Un abrazo Lola,
Silver
Hola. Este de J.Bucay, lo conocía. Es realmente bueno y útil cuando nos encontramos así, para identificar nuestras emociones y, en ocasiones la de los otros.
Gracias por traerlo aquí.
Lola
Hola Lola, todos los cuentos de J. Bucay son experiencias maravillosas, que nos permiten reflexionar, y saber que tipo de emociones no son necesarias, aunque están ahi para saber que no deseamos.
Gracias a ti por leerlo, por entrar en el blog y comentar.
Un abrazo,
Silver
Ambas, furia y tristeza deben ser pasajeras. Si aparece alguna en nuestras vidas hay que hacerse a un lado y no dejarse llevar por ellas. Optimismo y alegría son mejores compañeros de viaje.
Un abrazo amigo Silverio. Adjunto una tonelada de alegría.
Cierto Javier ambas deben ser pasajeras, y caminos de experiencia, tanto la tristeza como la furia. Si aparecen deben servir para aprender que no debemos de tenerlas a nuestro lado en nuestra vida.
Optimismo, positivismo, alegria y sonrisa son mejores opciones.
Un abrazo amigo Javier, y yo también te adjunto unas toneladas de alegría. Gracias por entrar en el blog y comentar.
Silver
Pero detras de la tristeza esta la esperanza y el optimismo aunque cueste encontrarlo nunca hay que desisitir seguir luchando.Mucho animo y fuerza hermano.
Ante todo la tristeza no debe ser aliada de la furia, en cualquier momento de cada uno de nosotros, debemos saber domesticar la furia, y cambiar la tristeza por positividad y esperanza. Es el medio de poder alcanzar lo que uno desea…. Siempre atento a todo en cualquier circunstancia.
Un abrazo muy grande también para ti hermano.
Silver