En la práctica mía del día a día, me hago muchas preguntas, algunas con respuesta otras no, pero quizás la cuestión no sea saber el por qué, sino saber vivir con los porqués.
Desde que enfermé hace casi nueve años, estuve en coma inducido y a punto de morir (actualmente aún tengo secuelas de la enfermedad), no me hago cábalas, ni porque me tuvo que ocurrir a mí, ni siquiera sobre que me ocurrirá en el futuro, o que será de mí, ni como me va a ir el día. Lo que hago es levantarme, y decirme «Empieza el espectáculo«, porque cada día nuevo es una aventura, y es un goce poder vivirlo si así te lo planteas, sin buscar el borde, el ancho o el largo, simplemente viviendolo.
Como dice una nota de uno de los tantos calendarios de Louise H. Hay:
«Acepto las oportunidades que me encuentro en el camino. Tengo confianza en mi futuro».
Y añado también, tengo confianza en mi presente.
Sé que vivir en el paraíso o en el infierno es una cuestión mental de cada uno. Desde hace años, vivo en mi paraíso, con las secuelas que me dejó la enfermedad, pero no con limitación, sino viviendo, e intentando ser feliz; cuesta mucho, pero cuando lo haces se descubre un universo nuevo que no crees que pudiera estar a tu alcance.
Os invito a que lo intentéis, es algo que se puede conseguir, desde el momento que no juzgas ni te juzgas.
Igualmente sé que mi postura puede ayudar, y que también la postura de los demás puede ayudarme, pero si te dispones a fluir sin involucrarte se puede conseguir un estado en armonía.
Mientras vayamos perfilando quienes realmente somos, nosotros mismos, sigamos viviendo y caminando hacia adelante, sin miedos.
Autor: Silver