Un día del siglo IX preguntaron al maestro Mu-Tchu (discípulo de Lin-Chi):
.-¿Cómo podemos liberarnos de las obligaciones diarias de comer y vestir?.
.-Comiendo y vistiéndonos.
.-No lo entendemos.
.-Si no comprendéis, vestiros y comer vuestra propia comida, porque la liberación has de buscarla en lo finito e inmediato.
Por tanto cualquier acto de la vida ordinaria que se realice con atención plena, cuerpo y mente unificados, en el aquí y ahora, y desprovisto de toda intención egoísta, estará en sintonía con el espíritu Zen y con uno mismo, y supone una excelente autoeducación hacia la armonía con la condición normal de cada instante o circunstancia.
CON ESPIRITU ZEN,
SILVER
Es decir que todo depende de como te lo tomes.
Si son obligaciones diarias el comer y el vestirse, parece que uno las hace porque no queda más remedio. Pero si uno se mete en las acciones puede disfrutarlas, o si uno no les da ninguna importancia pasa a través de ellas prestando la atención a otra cosa. (Esto último no es muy zen).
Un atento saludo.
Lo cierto es que en cada momento o instante de nuestra vida debemos de estar en acción con las mismas, pues la propia rutina nos hace ser como robot mecanizados.
Estes o no esten en acción, siempre debemos ser contemplativos con lo que hacemos y hacemos.
Un saludo Zen,
Silver