«Hace mucho tiempo, el Sueño y el Dios de la Tormenta comenzaron una encarnizada guerra el uno contra el otro. El sueño decidió otorgar el reposo nocturno a los marineros, que estaban continuamente asediados por el furioso Dios Tormenta. Al parecer, este gesto no gustó mucho a la deidad que enfadada decidió urdir una cruel venganza.
El Dios Tormenta desató una serie de vientos y fuerte temporal que terminó arrastrando a Sueño y sus hijos los sueños a una inaccesible isla. Esa isla suponía una cárcel lúgubre y triste para sus cautivos ya que en ella todo era tristeza y muerte, nada florecía y estaban expuestos a la desazón constante de la melancolía.
Durante el día Tormenta desataba su furia contra la isla, impidiendo así que pudieran salir de ella y condenándolos al olvido, pero Sueño se dio cuenta de que cuando caía la noche la Diosa Luna lo iluminaba tenuemente todo y era el momento en el que Tormenta se retiraba a su morada. Sueño estaba muy preocupado por sus hijos los sueños, que cada vez estaban más tristes y desolados, así que aprovechó esas horas en las que Tormenta no estaba activo para dejarlos marchar durante un rato y evadirse así de la tristeza del cautiverio.
Los pequeños sueños a partir de ese momento se escapan todas las noches recorriendo el mundo entero, se posan encima de los corazones de las personas que descansan y transportan divertidos a esos seres al mundo onírico. Pero eso solo sucede de noche, ya que de día los implacables vientos desatados por el Dios Tormenta los hacen nuevamente prisioneros y los transportan a la lejana isla.
El sueño es un estado de reposo uniforme de un organismo. En contraposición con el estado de vigilia -cuando el ser está despierto-, el sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (presión sanguínea, respiración) y por una respuesta menor ante estímulos externos.
El vocablo «sueño» (del latín somnus, raíz original que se conserva en los cultismos somnífero, somnoliento y sonámbulo) designa tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo (tener sueño). Metafóricamente, se afirma que una parte del cuerpo se le ha dormido a uno, cuando se pierde o reduce pasajeramente la sensibilidad en la misma (parestesia).
Un sueño es una manifestación de imágenes -y a veces sonidos- que muestran interrelaciones comunes y no comunes. Es un espejo que refleja algún aspecto de la vida o el inconsciente, un escenario para ensayar posibilidades de expresión externas, una ventana de oportunidad para el auto conocimiento.» (Stephorn Kaplan Williams de Manual para la interpretación de los sueños).
hoy estoy re aburridisima y ensima tengo un practico y no tengo muchas ganas de hacerlo jeje :p
me gusta las dos partes el cuento que lleva su verdad como la parte cientifica o real muy bueno
Son dos partes que se complementan tanto la científica como la leyenda, y que exponen una misma explicación desde puntos diferentes.
Gracias por comentar Lucia Ubeda.
Silver
Me encanto! y lo comparto 🙂
Claro que puedes compartirlo…. un beso muy fuerte Betina.
Silver
jajaja
🙂
Dicen que todo el mundo sueña todas las noches, pero que solo recordamos a veces una mínima parte de lo que soñamos. Parece ser que los sueños son necesarios para poder descansar, si no sueñas no descansas. A veces se repite una y otra vez el mismo sueño, a mi me ha pasado, no era agradable y me he despertado, pero al coger de nuevo el sueño, he seguido soñando el mismo. Sobre este tema podría decir bastante.
Todos soñamos cuando nos dormimos, algunos incluso sueñan despiertos.
Son necesarios para el descanso físico y mental…algunos sueños como tu dices se repiten una y otra vez, y suele ser nuestro subconsciente en acción…. sobre este tema de los sueños se podría escribir horas y horas.
Gracias Isabel por entrar en el blog y comentar.
Silver