Superman se convirtió en un icono de la lucha contra la parálisis. Reeve fue un héroe dentro y fuera de la gran pantalla.
Christopher Reeve permanecerá en la memoria colectiva y cinematográfica por haber encarnado de forma magistral al súper héroe Superman en cuatro míticas películas rodadas entre 1978 y 1987.
Nacido en Nueva York en el año 1952, Reeve destacó como actor y director y, en la última etapa de su vida, como activista social. Reeve creó una fundación que lleva su nombre dedicada a ayudar a personas con parálisis.
Un papel: Superman
Ya desde temprana edadChristopher Reeve se había sentido atraído por el mundo de las artes escénicas. En su colegio cantaba en el coro, y de adulto decidió estudiar en una escuela de arte dramático para perseguir su sueño de ser actor.
Tras participar en varios seriales televisivos y obras de Broadway, apareció brevemente en algunas películas. La gran oportunidad llegó a sus manos en forma de un hombre sobrenatural: Superman. Su gran atractivo y parecido con el héroe de los cómics fue suficiente para confiar en él. Y triunfó.
La primerapelícula de Superman se rodó en el año 1978 y supuso su debut como protagonista. Era un film de alto presupuesto que contaba con estrellas de renombre en el reparto. Una de las curiosidades fue el irrisorio sueldo de Reeve, comparado con el de otras estrellas que aparecieron en la película: 250.000 dólares del protagonista contrastaban con los 14 millones que percibió Marlon Brando por su papel secundario.
A partir de la primera película de Superman, a Christopher Reeve le llovían los papeles, de roles muy distintos gracias a su gran polivalencia. Trabajó en films como Lo que queda del día (1993), junto a Anthony Hopkins, o El pueblo de los malditos (1995). Aun así, todo el mundo lo identificaba con Superman.
La tragedia
La vida de Christopher Reeve dio un vuelco cuando, el 27 de mayo del año 1995, el actor sufrió una caída a lomos de su caballo mientras disputaba una competición hípica en Virginia. A raíz del accidente se fracturó dos vértebras del cuello y se dañó la columna vertebral al seccionarse la médula espinal. Después de estar hospitalizado en un hospital universitario de Virginia, su representante hizo público que el actor había quedado afectado por parálisis múltiple. Reeve comenzaba una nueva vida a los 42 años. Su futuro estaba ligado a una silla y a un aparato de respiración artificial.
Christopher Reeve era un gran deportista. Lo había demostrado desde adolescente: era un excelente nadador, patinador, piloto y los caballos eran su gran pasión, de hecho poseía varios ejemplares. Su metro noventa y tres centímetros, acompañado de una buena complexión física le hicieron merecedor del papel de Clark Kent. Su desgraciado accidente fue pura mala suerte: no pudo saltar un obstáculo y sobrevino la tragedia. Los fans, al saber la noticia, quedaron sobrecogidos por la traumática situación que debía afrontar quien había encarnado al Súper Hombre, al héroe más grande del cine. A ojos de los cinéfilos, nada podía con él. Pero lo cierto es que Reeve era un hombre de carne y hueso y su imagen, cada vez más, era la de un debilitado Superman.
Reeve, ejemplo de lucha
La enfermedad hizo al hombre más fuerte. Sin nunca perder la esperanza, Reeve se sometió a operaciones, e incluso se ofreció para investigaciones con tal de mejorar. La ciencia consiguió recuperar la movilidad de los dedos de su mano izquierda. En alguna ocasión había dicho: «Un día me levantaré de esta silla, la tiraré y echaré a andar».
El actor utilizó su fama, su prestigio y su imagen para colaborar con instituciones y organismos por la lucha contra esta enfermedad. La creación de «Christopher and Dana Reeve Paralysis Foundation«, dedicada al apoyo a los enfermos de parálisis y a la investigación de la cura mediante células madre, es un ejemplo de ello.
Reeve dedicaba su tiempo a visitar a enfermos terminales y a luchar a favor de la ecología y de los más desfavorecidos. Gracias a su compromiso, Reeve fue galardonado el 27 de enero de 2004 con la Orden Bernardo O’Higgins como reconocimiento a la defensa que hizo de los actores chilenos durante el régimen militar de Pinochet. En septiembre del año anterior recibió el Premio Lasker 2003 al Servicio Público, conocido como el Nobel americano.
La muerte de un héroe
El actor dejó este mundo cuando contaba con tan sólo 52 años. Llevaba 9 inmovilizado. En 2003 y 2004 tuvo varias infecciones graves. Por una de ellas le recetaron un antibiótico que causó en el actor una reacción adversa. Finalmente Reeve fallecía un 10 de octubre de 2004 en Connecticut, víctima de un ataque cardíaco provocado por esa reacción que le había dejado en coma. Moría el hombre y nacía el icono de la lucha. Todos coincidían en que Reeve había sido un héroe, dentro y fuera de la pantalla.
Un año después de la muerte de Reeve, su fundación consiguió reparar lesiones medulares de ratones usando células madre provenientes del tejido nervioso de seres humanos, aunque las investigaciones con células madre fueron suspendidas por el gobierno de George W. Bush. Y dos años después de la muerte del actor, su mujer Dana, la que había sido su apoyo durante toda la enfermedad, moría a los 44 años víctima de un cáncer de pecho. La tragedia se cebaba, de nuevo, con los Reeve.
Publicado por Rosa Varona- 09/10/2009 en EnMemoria.com
Este año se cumplen seis años de la muerte de un hombre que no se hundió ante su tragedia. Aprendió de ella y se hizo más fuerte. Luchó a favor de los demás, de los más desfavorecidos, por la paz, la democracia y la naturaleza. Christopher Reeve quiso cambiar el mundo, y lo hizo sólo moviendo los dedos de su mano izquierda.
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En el 2003 en su libro, TODO ES POSIBLE, Reeve demuestra que todos somos capaces de superar infortunios en apariencia irremediables; nos enseña que, para quienes gozan de un cuerpo sano, la parálisis es una opción voluntaria, una elección personal que consiste en vivir abnegado por las dudas y por el miedo a asumir riesgos, y que esa opción es inaceptable.
Reeve sabe por experiencia propia que conquistar el espacio interior es una ardua labor y que requiere sufrimiento. En este libro, en el que intercala anécdotas de su vida con fragmentos extraídos de sus discursos y entrevistas, Reeve guía sutilmente al lector, ofreciéndole sus reflexiones.
“Al principio, muchos de nuestros sueños parecen imposibles, más tarde se convierten en improbables pero de repente, cuando conseguimos la suficiente fuerza de voluntad, los sueños se vuelven inevitables.” Christopher Reeve.
No se merecian ni a su mujer ni a el un final tan triste…..hay que joderse 😦
Margot Kidder se recupero de su brote de esquizofrenia e incluso junto a Reeve volvieron actuar juntos en la serie Smallville en un cameo, ….estuvieron geniales….al poco Reeve murio, dejando incompleta su papel en la serie….
Ni Reeve ni su esposa merecian terminar de la manera que acabaron. Christopher Reeve fue un superhombre en la ficción, pero fue un superhombre en la vida real por su coraje y valentia, y por el ejemplo que ha dejado, junto con la Fundación que creo para el estudio de la células madre.
Reeve como bien, realizó algun telefilme y actuo en algunas series además de Smaville.
Silver
ejemplo de coraje y valor no solo en las peliculas que protadonizo sobre todo de superman si no en la vida real por su lamentable accidente y su posterir lucha contra la enfermedad crfeando una asociacion y aportando dinero para la investigacion.mi admiracion a el y tambien a su mujer fallecida al poco tiempo de morir el.descansen en paz.descansa en paz SUPERMAN. tu recuerdo vivira para siempre.
Ejemplo de valentia, coraje, supervivencia, de arrojo, fue todo eso y más Christopher Reeve, el verdadero hombre de acero en la vida real, y que ha dejado un legado con un fundación y sus libros y sus vivencias para generaciones y generaciones.
Nuestro Superman, por encima de todos los que hayan habido, pero sobre todo un hombre único y excepcional, que nos enseñó que despues de todo desde una silla de ruedas se podía cambiar el mundo y se podía seguir viviendo.
Silver
Su vida sera la motivación de generaciones, al menos quiero pensar eso. Su calidad como ser humano fue admirable, y nos demostró con creces que siempre hay que luchar, dio todo hasta su ultimo respiro.
Lamentablemente no pudo conseguir lo que habría sido su mayor anhelo, recuperar su estado físico optimo, pero a cambio desarrollo su nivel intelectual al máximo.
Hay un dato que me pareció de lo mas ruin, como es que un presidente de un pais detenga las investigaciones en Pro de la salud y tratándose de algo sumamente importante, una vez mas se ve que no somos mas que dinero ambulante para ellos, creo que al gobierno les sirve mas un pueblo enfermo que uno sano, así pueden obtener mas beneficios monetarios.
Apliquemos un poco las enseñanzas de este gran hombre Christopher Reeve, luchemos día a día, hay que dar todo y enfrentar los riesgos con valentía y honor.
Gracias por encarnar al Hombre de Acero, gracias Reeve donde quiera que estés 🙂
Reeve, es y será el auténtico heroe que nos ha dejado una herencia de esfuerzo, superación y amor a la vida a todos. Dió un testimonio de lucha y ganas de vivir hasta su último aliento.
Desarrollo su intelecto y su interior al máximo, no le hizo falta su cuerpo para enseñarños que aun asi se puede vivir y además dignamente, con dignidad, principal motivación para cualquier ser humano.
Por desgracia no es tan solo la administración Bush la que paralizó la investigación de las celulas madres, en muchos mas paises lo hicieron, y por encima de todo está el preservar y salvar una vida por encima de todo.
Este hombre que encarnó a Superman, acabó en una silla de ruedas, que fatal paradoja, pero se convirtió en un verdadero heroe, siendo referente para muchas generaciones y dejando una Fundación que sigue estudiando la paralisis y su cura.
Como anecdotario, Margot Kidder, que encarnó a Lois Lane, terminó hace unos años en un psiquiatrio con brotes de esquizofrenia segun tengo entendido y en la actualidad es la sombra de lo que era, y la mujer, viuda de Reeve durante un tiempo, falleció al poco de un cancer de pecho. No creo en supersticiones, pero como si les hubiera seguido un viento de mala suerte.
Gracias sobre todo por hacernos soñar que un hombre podía volar, querido Christopher, pero sobre todo gracias por hacernos creer que siempre hay esperanza en la vida sean cuales sean las circunstancias.
Silver