Convertir una contrariedad en una posibilidad.
Así evitaremos que los acontecimientos nos afecten.
Una antigua historia comercial cuenta que un vendedor de zapatos visitó, por vez primera, determinada aldea, y, desalentado, envió un telegrama a la fábrica:
«No hay mercado. Toda la gente va descalza».
Sin embargo, otro vendedor, después de visitar la misma aldea, envió un telegrama distinto.
Decía: «Aquí hay grandes posibilidades. Nadie usa zapatos, aún».
El poeta Campoamor decía:
«Nada es verdad ni mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira».
¿Con qué cristal vemos las cosas que nos están pasando, hoy? El hecho de que hoy nos sintamos dichosos o desgraciados no va a depender, tan sólo, de los acontecimientos en sí, sino de nuestra actitud ante estos hechos. Acostumbrémonos, pues, a agarrar lo que nos pasa por el lado que nos quema. Veamos cuánto de positivo tiene cualquier situación que nos ocurra. Utilicemos, para ello, el control del color adecuado.
Autor:Silver