¿Acaso no hemos permitido en multitud de ocasiones que nos controlasen? ¿Acaso, no hemos dado más importancia en multitud de ocasiones a las apariencias y a las reglas sociales? ¿Acaso, no hemos sido multitud de ocasiones esclavos de nuestros propios prejuicios y de nuestras costumbres?
Cuando una persona permite que lo controlen, en cualquiera de las actividades o decisiones de su vida, entonces, no es libre. La libertad es un estado de espíritu, una actitud interior que nos permite oír la voz de nuestra alma.
La libertad es poder salir de cualquier situación sin importar el momento. En esa capacidad de observar sin involucrarse, de mirar para atrás, sabiendo que siendo nosotros mismos, estamos en una situación de independencia que no necesita justificación procedente del exterior.
Observar, estar en silencio, inspirarse por la sabiduría del alma, sin dejar convencerse por los halagos, por los consejos falsos o por los cumplidos engañosos.
Convertirse uno en su propio maestro, e inmediatamente ser aprendiz de nuevo. Entonces no se necesitara convencer a los demás, en ese momento se deja de luchar, ya que aquel que saca la espada ya ha perdido la batalla.
El poder de un ser humano, no está en la lucha y la fuerza que pueda demostrar, sino en la maravillosa capacidad de mostrarse libre de toda dependencia con respecto a los demás. Mirar al mundo de nuestro alrededor sin juzgarlo, ni controlarlo. Aceptar todo sin reaccionar y sin interpretar lo que pueda suceder.
Seguir, (como leí hace tiempo, no recuerdo donde), el ejemplo de los minerales, de los vegetales o animales, que comparten la tierra con los hombres. Ninguno intenta cambiarnos. Nos aceptan como somos en cada momento.
Es la forma de reaccionar nuestra lo que hace felices o desgraciados a los demás. Debemos comprender que la libertad y la paz están unidas a este conocimiento.
AUTOR: SILVER