Un joven, ya no daba más con sus problemas.
Cayó de rodillas, orando, «Señor, no puedo seguir,
Mi cruz es demasiado pesada».
El señor, como siempre, acudió y le contestó,
«Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz,
guárdala dentro de esa habitación.
Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras».
El joven suspiró aliviado. «Gracias, Señor» dijo,
e hizo lo que le había dicho.
Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no
les podía ver la parte de arriba.
Después, vio una pequeña cruz apoyada en un
extremo de la pared.
«Señor», susurró, «quisiera esa que está allá».
Y el Señor contestó, «Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar».
Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores,
siempre es útil mirar a nuestro alrededor y
ver las cosas con las que se enfrentan los demás.
Verás que debes considerarte más afortunado
de lo que te imaginas.
TU CRUZ
cualquiera que sea tu cruz, cualquiera que sea tu dolor,
siempre brillará el sol después de la lluvia.
«Autor desconocido»
Enviado este pensamiento por mi amigo de Facebook, Eduardo Villamarín. Gracias.
muy cierto,a mi me pasa como tu bien sabes que a mi las cosas se me quedan muy adentro y cuando tengo un problema se me viene el mundo encima pero com dice el articulo mi cruz a mi me parece muy grande pero en esa habitacion donde el señor me ha dicho que la deje,hay de mucho mas grandes de cruzes y a lo mejor asi me siento mas aliviado aunque no sea del todo un consuelo el saber que hay otra mucha gente tambien con problemas y mas grandes e importantes.como tu birn dices en este articulo del candil.´´DESPUES DE LA TORMENTA SIEMPRE SALE EL SOL´´.\\//
Todos llevamos la cruz, como si fuera lo unico en el mundo, algunas de ellas las hacemos muy pesadas, cuando son muy ligeras y no necesarias llevarlas, pero ante todo debemos mirar quien lleva una cruz mas cargada, y ayudarles a aliviarlas, nuestra misión es ayudarnos pero en esa ayuda tambien que sea para ayudar a los demás. Y tan cierto que despues de cualquier tempestad el sol sale siempre.
Un abrazo Francisco.
Silver