El desconocimiento nos identifica con la nada, con el vacío interior. Aparece el ego.
El ego utiliza nuestro cuerpo para manifestarse, crea con la simbiosis del cuerpo y la mente una identidad en cada persona. En ese preciso instante nos convertimos en lo que no deseamos ser, elegimos con libertad ser así, alejándonos conscientemente de la realidad de lo que somos.
Es una herramienta que está ahí, en el día a día de cada ser, pero también se puede elegir ser todo lo contrario, no ser ese falso yo, ser un individuo donde el ego no sea la parte predominante.
La tormenta personal, la interna y la externa, nos arrasa y nos asimila. El interior oscuro crece y se hace fuerte, vigoroso, con maestría, y descompone el camino andado.
Instantes de oscuridad, confusión, de hechizo, de arrastrase por el lodo interior más tenebroso. Oscuridad absoluta. Desfallecimiento e impotencia.
En ese proceso debemos de volver a la serenidad, a la luz, comprender que el lado oscuro es también parte de nuestro ser, es un instrumento para seguir en el camino iniciado, para seguir aprendiendo y comprendiendo.
Luz y oscuridad, dos polos opuestos, pero necesarios para dar un paso hacia adelante. Tropezar, aprender la lección y ser nuestros propios maestros, gracias al ego.
Somos seres espirituales con vivencias humanas. Vivimos en un cuerpo y experimentamos continuamente para llegar a ser seres libres sin limitaciones. Debemos utilizar todo lo que esté alrededor de nosotros para convertirlo en herramientas necesarias para mejorar interiormente, la eterna búsqueda entre dos mitades, que aunque en ocasiones parezca un espejismo más, debe ser el núcleo central de todo este aprendizaje de como utilizar nuestro ego y eliminarlo.
Nuestro propio ego nos permite comprender que lo que estamos viendo en los demás es lo que está en nosotros, y nos impide avanzar y evolucionar hacia lo que realmente somos, nuestro propio ser interior sin más sombras, y sí muchas luces.
La única manera de responder con positividad y eliminar el ego es el ejercicio continuo y la experiencia vivida, en definitiva evolución y transformación; rechazarlo, utilizar los momentos en que aparece como una estupenda oportunidad para saber domesticarlo, que solo sea el momento de comprendernos y aceptarnos.
El ego tiene que servirnos como un instrumento, sencillo y eficaz, para superar pruebas en nuestra vida, una piedra donde tropezar pero también saltar. Son lecciones a superar, exámenes que nos encontramos en la vida para completar el trayecto y llegar a la meta.
El mejor y único camino para dominar la adversidad es ceder a ella.
Es conocerse….
Perdonarme… perdonaros…todos aprendemos.
Autor:Silver
Recomento de nuevo para hacerlo más claro: El inconsciente es la parte del conocim que traes de vidas atrás: el mov. del corazón, de intestinos, etc, etc. El subconsciente es la parte de la mente en la cual memorizas todo lo de esta vida. Y el consciente es el andar en el ahora, que si va al ego, como pasado se convierte en subconsc. El cuerpo está compuesto por tres partes: el cuerpo propiamente dicho, el espíritu (la parte diósica) y el alma (el alma-naque de nuestra diversas vidas (reencarnadas).
Hasta luego!
Gracias Elio por la aclaración y por comentar.
Un saludo fraterno.
Silver
Esta metodología la encuentro sencilla y muy fácil de interpretar: el inconsciente es el conjunto de conocimientos enclavados en los genes y que controla todos nuestra química y nuestros movimientos. El subconsciente, que es donde se aleja el ego, lo que hemos aprendido en esta sociedad terrestre y suicida. Y el consciente es el alerta, producto de la interpretación de los anteriores. El que puede situarse en el eterno ahora.
Por tanto el consciente debe siempre estar atento al subconsciente para que la interpretación de todo cuanto acontece, sea filtrado de la debida manera.
Gracias por comentar Elio.
Un saludo,
Silver
Esta carta nos recuerda una antigua anécdota Zen sobre un león que fue criado por una oveja y creyó que era una oveja hasta que lo capturó un viejo león y lo llevó a un pozo donde le enseñó su propia imagen reflejada. Muchos de nosotros somos como este león: la imagen que tenemos de nosotros mismos no viene de nuestra experiencia directa, sino de las opiniones de otros. Una “personalidad” impuesta desde afuera reemplaza la individualidad que pudo haber crecido interiormente. Nos convertimos simplemente en otra oveja en el rebaño, incapaces de movernos libremente e inconscientes de nuestra propia y verdadera identidad.Es el momento de echar una mirada a tu propio reflejo en el pozo y dar un paso para salir de los condicionamientos que te han sido impuestos por otros como creencias respecto a ti mismo. Baila, corre, muévete, haz gibberish: haz lo que sea necesario para despertar el león en tu interior.
Gracias por tan estupenda reflexión.
Saludos,
Silver
Por supuesto despertar el león en tu interior, pero esta entrada de Silver nos habla del ego. Pienso que se oculta, está agazapado, dentro de nosotros mismos. En esta cirugía, en esta limpieza de los condicionamientos impuestos, conviene usar un antiséptico que impida la infección por este virus tan peligroso.
El ego es como un virus que todo lo invade, solo sabiendolo reconocer seremos capaces de limpiarlo…. es tan necesario reconocerlo como eliminarlo, es un tránsito necesario.
Gracias por tu reflexión Esoli.
Silver
Ay, chamo! qué quisiera yo un desinfectante de ese tipo. Tengo 65 años y tengo muchos años tratando de desinfectarme el coco! Ah, vaya! qué vaina tan difícil. Y todavía tengo un ego del tamaño de una catedral.
El ego está en todos nosotros, y misión nuestra es sacar los lobos interiores.
Un saludo Eloy.
Silver
Aportar conciencia para neutralizar a este otro yo que juega en el bando contrario, que nos resta, que nos arrastra a donde no queremos ir. Aprender de él, a convivir con él, invitarle a sumar, cambiarle de bando.
Gracias por tu reflexión.
Un saludo
Luz y energia positiva, para que el ego no aparezca. El ego sirve para que podamos seguir aprendiendo, es necesario, la oscuridad y la luz, es un mismo camino de distinta forma.
Gracias por tu comentario Esoli.
Un saludo,
Silver