Un guerrero, un samurai, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó:
.-¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Donde están las puertas que llevan a ellos ? ¿Por donde puedo entrar?
Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosas: La vida y la muerte. El no había venido a aprender ninguna doctrina; solo quería saber donde estaban las puertas, para poder evitar el infierno y entrar en el cielo. Hakuin le respondió de una manera que sólo un guerrero podía haber entendido.
.-¿Quién eres?», le preguntó Hakuin.
.- Soy un samurai.-le respondió el guerrero- hasta el emperador me respeta.
Hakuin se rió y contestó:
.-¿Un Samurai, tú?. Pareces un mendigo.
El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para que había venido. Sacó su espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste dijo:
.- Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta.
Inmediatamente el samurai entendió. Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo:
.-Aquí se abren las puertas del cielo.
La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene la capacidad de convertirse en cualquiera de ellos. Pero la gente sigue pensando que existen en alguna parte, fuera de ellos mismos…El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren…en un segundo se puede ir del cielo al infierno, del infierno al cielo.
Gran cuento. Todo,todo,todo está en los libros…y en nuestra mente. Que pena que desde pequeños nos enseñen a seguir los caminos impuestos y que a veces despertemos tarde para darnos cuenta de que podemos elegir y explorar otros senderos. Gracias por transmitir esas opciones.
Nos enseñan un camino preconcevido, y que no es el necesario para nuestra vida…. podemos despertar, debemos despertar, y saber elegir nuestro camino, nuestra propia experiencia, para así ser nosotros mismos…. gracias a ti por comentar y ser parte de este rincón Javi.
Silver.
Gracias mi niño bello !!!
Gracias a la vida por habernos hecho conocernos y seguir juntos en esta andadura, Betina.
Silver