LA TRAVESIA DE LA MASCULINIDAD (EL MACHISMO)

Publicado: 20 julio, 2010 en Pensamientos

Silencio

El modelo de hombría ha evolucionado pero persisten actitudes «micromachistas» y algunos núcleos se resisten a la igualdad.  El mayor avance es la implicación en la crianza de los hijos

«Nadie se define ya como machista», dice Luis Bonino, psiquiatra y psicoterapeuta especializado en varones y relaciones de género. «Pero queda mucho machismo encubierto», añade. «Ha habido cambios, pero en aspectos superficiales», precisa. No le gusta recurrir al tópico de la masculinidad. «Es una especie de esencia masculina donde se mete cualquier cosa. Prefiero hablar de un modelo masculino que se adapta a las condiciones históricas que le toca vivir», desmitifica. En las últimas décadas en España se ha pasado de un machismo en bruto a una igualdad legal en la que perviven prácticas del viejo modelo. Es lo que Bonino denomina micromachismos. «La imagen masculina ha cambiado, sobre todo en el aspecto físico. Y además, los padres se involucran más en el cuidado de los hijos. «Pero en el ocio y lo lúdico. La parte seria y dura queda para la madre», advierte.

Bonino lleva años reflexionado sobre el comportamiento masculino. Es crítico porque él es hombre y sabe de lo que habla. Como lo sabe Mariano Nieto, un madrileño de 52 años, funcionario del Ministerio de Industria y padre de tres hijos, que pertenece a Stopmachismo, Hombres contra la Desigualdad de Género . No es un movimiento como tal. Solo un pequeño grupo que se reúne una vez al mes para combatir desde su propio terreno la desigualdad. «Todos somos machistas. Tenemos bastantes privilegios por ser hombres y pensamos que ya que somos parte del problema, somos también parte de la solución», afirma.

«Estar a favor de la igualdad no basta», opina Nieto. «En ocasiones la idea de la igualdad se pervierte o se utiliza en beneficio propio. Por ejemplo, al defender la custodia compartida de los hijos tras el divorcio, y no por mutuo acuerdo, sino por decisión del juez, se esgrimen razones de igualdad, pero hay hombres que no cuidaban a sus hijos mientras estaban casados y se acuerdan de ellos al separarse», denuncia.

En algún momento de su vida, los hombres de Stopmachismo se encontraron con una pareja, con amigas o compañeras de trabajo que les hicieron ver las desigualdades e injusticias que sufren aún las mujeres solo por serlo. «La violencia de género es solo la punta del iceberg de la desigualdad. Si los hombres no se sintieran con poder para hacerlo, no llegarían al maltrato», señala. Bonino admite que los españoles tienen cada vez una mayor conciencia de igualdad, pero la mayoría ve aún a la mujer como alguien que nutre al hombre. «Me enriquece», dicen. «No hay reciprocidad», explica.

«Lo que ha cambiado es lo social, no la biología, y eso ha puesto en solfa muchos mitos», afirma María Ángeles Durán, catedrática e investigadora del CSIC. «Las mujeres perciben estas transformaciones como un cambio a mejor, mientras que algunos hombres se resienten porque han perdido dominio y exclusividad. Pero han ganado en libertad y en reconocer que la vida personal es importante», prosigue. Unos cambios que aún no han terminado.

Durán hace ver que la maternidad, aún siendo una dedicación permanente, cada vez ocupa menos tiempo en la vida de la mujer como actividad puramente fisiológica. «Teniendo en cuenta que hay 1,4 hijos por mujer, y a tenor de nueve meses, representa un 3% de su vida», señala. La masculinidad ha iniciado también su propia travesía. Tras años de fomentar una imagen de poder, «ahora son sucesivamente fuertes y débiles, solidarios y agresivos… Se les reconoce su individualidad», continúa Durán. Los hijos son otra de sus conquistas. «Es una relación que se hace cada vez más profunda. Conocen y tratan a sus hijos como nunca lo han hecho. Se han engrandecido. La hombría no era solo la agresividad, sino también los afectos y la solidaridad», concluye.

Hubo un tiempo en que el hombre era ante todo eso, género. La masculinidad, y no siempre la individualidad, los definía. Cortados todos por el mismo patrón, atrapados o felices dentro de su papel dominante, destinados a hacerse en algún momento de su vida el nudo de la corbata. Entereza, valor, hombría. Hubo un tiempo en que estas eran palabras intercambiables. Y lo siguen siendo en algunas de sus acepciones. Aunque también se asociaba con la fuerza, la agresividad, o el ejercicio de la guerra. Un conjunto de tópicos que hace tiempo que se tambalearon. «El hombre cambia inducido por la mujer: lo que hace es adaptarse», afirma la socióloga Myriam Fernández Nevado. «La clave ahora es la participación: hay una interrelación personal y social entre hombres y mujeres más participativa. No es tanto un cambio de papel o de modelo como de funciones».

¿Qué queda entonces de la hombría? «En el fondo queda demasiado. Como concepto ha quedado trasnochado. Pero los malos tratos están muy relacionados con la pervivencia de esos supuestos valores», asegura Mercedes Fernández-Martorell, profesora de Antropología Social y Cultural de la Universidad de Barcelona. «Aunque muchos hombres están modificando sus tradicionales conductas, en la transmisión de valores a los hijos se reproducen los antiguos esquemas. Dentro de las familias no se percibe tanta evolución. Es difícil encontrar padres y madres que vivan una total complicidad, que sean responsables de todo en casa y lo compartan todo», continúa. «Entre los jóvenes las ideas son más igualitarias, pero solo las ideas…», agrega.

«La hombría se ha ido redefiniendo porque no es posible que cambie lo femenino y que no lo haga lo masculino. En el pasado el hombre era el proveedor único. Se le obligaba a aparentar que podía con todo. Ahora ha perdido su carácter dominante por razones demográficas, de esperanza de vida. Ya no puede ser así», argumenta Durán. «A la hombría se vinculaban cualidades consideradas masculinas, como el buen ánimo, la serenidad y la inteligencia, algo que ya no se sostiene desde que las mujeres han llegado a la Universidad y al mundo profesional. La educación ha cambiado las cosas. Muchos de estos valores considerados masculinos lo eran porque las mujeres no tenían ocasión de ejercitarlos. Cuando han tenido posibilidad de hacerlo los han incorporado», precisa.

«Los cambios de modelo se están dando sobre todo en las clases medias y altas. Entre adolescentes hay mucha diversidad. Depende de los valores educativos que sigan. Aún se conservan valores populares ligados a la masculinidad», recuerda. «Hay menos machismo en su conjunto, pero se da cierta polaridad y el residual es recalcitrante. A muchos hombres les cuesta la igualdad: o estamos por arriba o estamos por debajo, parecen decir», sigue Bonino.

«Naturalmente, hay resistencias. Dentro de la sociedad hay núcleos anclados en el pasado, con una especie de liturgia propia y unos patrones de conducta más rígidos, y entonces el cambio es más costoso», asegura Fernández Nevado. «Porque no solo cambia el comportamiento, sino la mentalidad. Pero cambiar no es errar sino buscar nuevas actitudes», agrega.

El machismo es también una losa para algunos. Ser hombre, sin embargo, tiene todavía muchas ventajas. «Por ejemplo, los hombres tienen más tiempo libre. Y sin embargo, algunos se muestran cabreados si ellas ascienden. Y culpan de sus males al feminismo», explica Bonino. «Sin embargo», añade, «los hombres, cuando les pisan sus derechos o perciben que son víctimas chillan, no se quedan con los brazos cruzados, y surgen grupos contraigualitarios«. En definitiva, «hay hombres que van a mejor. Pero otros van a peor», sintetiza.

Brad Pitt, Patrick Dempsey, David Bisbal o Antonio Banderas, tan diferentes entre sí, representan al nuevo icono masculino. Siempre con sus niños en sus ratos de ocio unos, sin temor a emocionarse en público otros o de apoyar a su pareja en los malos momentos. Para muchas mujeres lo marcadamente varonil sólo interesa como imagen (y como identidad sexual), pero sin alardes de dominio. Ninguna exhibición de testosterona seduce a estas alturas. «Con todo, no todos los que están a favor de la igualdad lo hacen por las mismas razones: unos quieren corregir esa injusticia. Otros piensan que ir juntos hombres y mujeres también les beneficia», termina Bonino.

Aunque minoritarios, hay grupos de hombres contra la desigualdad en el País Vasco, Madrid, Andalucía… Con frecuencia realizan talleres para analizar su obsesión por el poder. «Hace poco organizamos unos talleres para movimientos sociales y vimos que hasta entre los okupas pervive el machismo», recuerda Nieto. «Salvando las distancias, algunos nos reunimos por lo mismo que los alcohólicos anónimos: recordamos que seguimos siendo machistas, aunque intentamos dejar de serlo», argumenta. Con razón su madre suele decirle a su nuera, es decir, a la mujer de Nieto: «Pero ¿te das cuenta de la maravilla de hombre que tienes…?». Hay tan pocos así…

Los malos tratos están relacionados con la existencia de valores antiguos

La violencia es la punta del iceberg de la desigualdad

El nuevo hombre pierde dominio y gana en libertad y en vida personal

Él cambia inducido por la mujer. Se adapta

Brad Pitt, Bisbal o Antonio Banderas son la imagen del nuevo icono

Artículo de INMACULADA DE LA FUENTE  de  26/06/2010 publicado en http://www.elpais.com/

comentarios
  1. francisco javier just vernet dice:

    hay que acabar de una vez con esos abusos,que por desgracia a veces ,demasiadas veces acaban en muerte violenta.lo que pasa es que el problema tiene dificil solucion.me gustaria que esto se acabase para siempre,pero el comportamiento humano a veces es impredecible.

    • SILVERIO dice:

      Es una deuda pendiente por parte de la sociedad española y toda la sociedad mundial….. el comportamiento humano es la suma de muchos factores, especialmente la educación administrada cuando eres un niño y los traumas no superados.
      No a cualquier tipo de violencia.

      Silver

  2. […] el mundo desde una silla de ruedas¡NAVIDAD…NAVIDAD!DALTON GHETTISOBRE "MAS ALLA DE LOS SUEÑOS"LA TRAVESIA DE LA MASCULINIDAD (EL MACHISMO) Categorías de “El […]

  3. Lola dice:

    Ecofeninismo. ¿Lo conocéis?

    • SILVERIO dice:

      Hola Lola, pues algo sé, aunque no profundamente. Pero corrígeme si algo de lo que vaya a exponer no es correcto.

      «El ecofeminismo es diferente a otros movimientos en el sentido de que, por ejemplo, otros necesitan tener a un brillante lider para crear un movimiento y éste no, el ecofeminismo es tan antiguo como la vida misma. Consiste en poner la vida en el centro de la organización social, política y económica. Las mujeres ya lo hacen porque a ellas se les ha dejado la tarea del cuidado y el mantenimiento de la vida.
      Mientras que hacer dinero es un objetivo reciente de la humanidad, maximizar la riqueza de la vida ha sido, sin embargo, el principal objetivo de todas las sociedades a lo largo de la historia.

      El ecofeminismo es la convergencia de la ecología y el feminismo. La ecología dice que no se pueden destruir los fundamentos ecológicos a través de los que sobrevivimos y el feminismo recuerda que no hemos nacido iguales pero que formamos parte de la misma especie. Así, el ecofeminismo es realmente la filosofía de toda sociedad duradera. Las personas que están ocupadas cuidando a un niño, una madre enferma o los pobres de la localidad no se dedicarán a cuidar, por ejemplo, organismos desarrollados con ingeniería genética para tolerar mejores dosis de herbicida, por poner un ejemplo.»

      Eso es lo que creo que significa a grandes rasgos el término.

      Sobre esta cuestión, superinteresante, me gustaría aportar algunos apuntes:

      La igualdad puede tener dos vertices. Por un lado, el parecerse, el ser similares. Y por otro, la diversidad sin discriminación. Seguramente en esta última definición está la igualdad.

      Yo soy un hombre, no soy una mujer, y esto no me da ningún derecho a ser irresponsable ni dominante.

      Durante un largo tiempo se ha asumido que la igualdad entre géneros era que las mujeres debían de imitar a lo que los hombres son hoy en día, y que los hombres debían ofrecer conductas mas cercanas a las mujeres. La línea de la semejanza quizás no sea el camino por el que deberíamos de ir.

      Es, ante todo, la libertad para ser diferente, sin ser castigada/o, por serlo.

      Esto es la igualdad.

      De nuevo gracias por tus aportaciones, por que ellas permiten que nazcan mis reflexiones, pues de la reflexión, nace la sabiduría de vivir y aprender en nuestro camino en la vida.

      Un abrazo muy fuerte,

      Silver

  4. nerjeño dice:

    El feminismo me recuerda bastante al independentismo. Nunca está contento con los cambios producidos. Nunca le parecen suficientes. Siempre van de victimas y siempre hablan de lo que tienen que cambiar los demás, sin que ellos tengan nunca que hacerlo.
    En los tiempos actuales hay otras desigualdades de las que no se habla tanto, y que , por supuesto las feministas nunca mencionan. Dejemos ya de una vez de hablar tanto de desigualdad de género yhablemos de una vez de desigualdad .

    • SILVERIO dice:

      Como ya decía en contestación al anterior comentario, es solo un artículo de una reputada periodista, con el cual podemos estar de acuerdo o no. Algunas cosas que dice me parecen tienen un fundamento sólido, pero bien cierto es que el feminismo extremo es tan dañino como el machismo extremo, son dos vertices que suelen tener nefastas consecuenciaas.
      La desigualda no tiene género, y la igualdad tampoco. El respto tampoco tiene género. Esa es la cuestión que debemos empezar a respetarnos como seres humanos por encima de sexo o culturas. Aún muy dificil en una sociedad progresista y moderna, como se denomina constantemente. En el anterior y posterior pensamiento publicado a éste solo he querido dejar constancia de las muertes de mujeres a manos de sus parejas, por ser muy numerosas cada día. Ninguna muerte sea del género que sea se puede admitir.
      Como anecdota, si es que lo es, soy de los pocos hombres en España que tengo la custodia total, no compartida de mis hijos y. más anecdótico si cabe, me la concedió una jueza.
      Soy defensor de la igualdad por iguales partes entre hombres y mujeres, sin «ismos» de denominación. Los cambios son necesarios en ambas partes y asimilarlos por iguales partes, solo desde el respeto mutuo y la convivencia se podrá lograr. La tolerancia es un bien común no una parcela para unos cuantos.

      Agradezco tu reflexión, y gracias por visitar mi blog.

      Un saludo,

      Silver.

    • SILVERIO dice:

      He leido el enlace al blog, que me has indicado en el comentario, y he de decirte que estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto. Es más y aunque pueda parecer una cuestión extraña, yo soy de los pocos padres que actualmente tienen el privilegio de tener la custodia de sus hijos, dos en concreto, y no me refiero a la compartida sino a la custodia total de los niños. Luche tanto economicamente como emocionalmente por que ellos se quedaran conmigo, y lo conseguí, y al día de hoy los tres somos bastantes mas felices, desde que empezamos una nueva vida.

      Soy de los que creo que la igualdad debe ser para todo y para todos, pero nunca entrare en la dinámica de la ideología feminista ni la ideología machista, pues la igualdad no debe ser de género, sino igualdad entre seres humanos. Aún así este articulo que he insertado es una opinión de una reputada periodista, ni siquiera es una opinión mia, pero si que es cierto que igual que las mujeres han evolucionado, en algunos casos erroneamente recogiendo estereotipos masculinos. los hombres debemos de evolucionar hacia una linea mas moderna con los tiempos, pero por lo demás debemos ser todos iguales ante la ley, en todos sus ámbitos, con respeto y gratitud por ambos lados.

      En el anterior y posterior pensamiento publicado en el blog, solo he querido dejar constancia de las muertes de mujeres a manos de sus maridos o parejas, una cruda realidad al día de hoy y que no para. Pero ante todo soy contrario a cualquier tipo de violencia, pues la reciben hoy en dia, por desgracia a nivel mundial, tanto niños, hombres como ancianos.

      Un NO A CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA. VENGA DE DONDE VENGA.

      Gracias por tu punto de vista que no difiere mucho del mio en el tema de custodia, y por el enlace.

      Igualdad es igualdad para todos.

      Un saludo,

      Silver

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