La historia china de la vendedora de vino es excelente para las personas quejumbrosas e inconformes.
Se cuenta que cerca a la montaña Hefu vivía una mujer que vendía vino, llamada la madre Wang.
Entre sus clientes tenía un monje bueno que bebía a crédito y a quien ella atendía sin pensar en la cuenta.
Un día el monje le dijo que para pagar el vino que había bebido le iba a cavar un pozo ya que no tenía dinero. Cuando hubo terminado se fue y todos se dieron cuenta de que en lugar de agua había un excelente vino.
La madre Wang no tuvo que volver a fabricar vino, y con los años se hizo rica. Un día el monje regresó y la mujer le dijo:
.- El vino que saco es muy bueno pero como ya no hago vino no tengo cáscaras para mis cerdos.
El monje sonrió, tomo un pincel y escribió en la pared:
.- El corazón humano es más profundo que el mar. A la mujer le sobra vino y se queja porque no tiene cáscara para sus cerdos.
El monje se fue, y del pozo sólo salió agua.
interesante
🙂
Un saludo, Lucia.
Silver
que bonita historia corazón bello
Hermosa historia y muy reflexiva.
Un abrazo Betina.
Silver